El día en el que el caos se apodero de la esperanza de los cielos cayeron las lagrimas de los derrotados y caían rayos destruyendo los templos de los dioses, la tierra se partió y de aquellos agujeros salían inmensos monstruos en los que habitaban horrendos seres malignos, el cielo se torno de un doloroso color ocre y el viento ardía como fuentes de azufre, los arboles se marchitaron y cayeron sus hojas como si pesaran los pecados de los mortales.
Hubo un silencio mortal, y de inmediato, como cae el rayo en la tierra, un sonido ensordecedor, como gritos de sufrimiento y horror, la tierra termino de partirse formando miles de continentes tan diminutos como puntas de alfileres y las penas flotaban, y las alegrías desaparecieron, en el viento aun se oían las voces de los infantes buscando a sus familias.
Todo esto pasó el día en el que la tierra perdió la Fe.
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