lunes, 16 de febrero de 2009

La Obscuridad, compañera de la pena, que solo lo interrumpe los brillos de recuerdos que corren por mis ojos, mientras acaricio tu ausencia, y me pregunta ¿Porque no estás aquí? ¿Por qué te fuiste?
Mientras pienso…, lindo, agrio y triste; de piel fria, impregnada por ese sutil aroma que se obtiene en el amar mutuo
Puedes creer que tanto te extraño, que pienso en aquel día que te vi y que se paralizaron mis sentidos al ver tus ojos cristalino, aquel fuerte palpitar dentro de mi capaz de hacerme decir cualquier estupidez coherente y de hacer cosas imposibles e inimaginables.
Desde que te alejaste solo me consuela aquella luna, que alumbra mi rostro humedecido, por las lágrimas que llevan tú nombre. A la cual envidio por tener tu admiración y tu atención eterna; pero ni ella es capaz de amarte como yo lo hice, que habré hecho mal, a caso seré merecedora de estas grandes penas?.
Será que no oyes mi llanto, será que no ves mi anhelo. Tal vez mi amor nunca te convenció, quisiera cerrar el libro del recuerdo, dejando paso al presente, encontrando el amor verdadero que tu nunca pudiste darme.

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